
Si yo fuera tan solo un juguete abandonado en un rincón, destinado para los caprichos y los antojos del montón, me lanzarían por el aire así nomás, me arrancarían una a una cada extremidad para luego terminar olvidado en un basural. Si dejara al libre alberdío, todo a merced de tu ambisión, mis virtudes, mis preciados brillos, toda mi fe y mi convicción, hoy no sería más que un dejo de emoción, un cuerpo consumido, indefenso y sin valor, condenado y sin amor, un despojo a la buena de Dios, sin derecho, sin decición para gritar que el show no debe continuar. Si apelara a tu empatía y sentido de ubicación, si confiara en cada persona y me entregara a su razón, me habrían corrompido ya sin compasión, me habrían usado y descartado en cualquier ocasión que defraude la ilusión de cada quién y su pretensión, sin derecho, sin desisión para gritar que el show no debe continuar.