10.5.09
Voy en este vuelo transoceánico oyendo tus versos melancólicos, dejando que el sonido de tu voz te traiga así, del modo más enérgico. Me regalaste tus somníferos, me diste tu oráculo sintético. Extraño método de ahogar la sed aquí, lejos de tu lágrima. Y uno no recuerda hasta que punto nació para esto ni todo el amor al que puede tener acceso. Nada parece pasar página a este anhelo todo menos lánguido. ¿Cuál es la lógica de que se abra para mí tu boca tan magnífica? Dame calma y dame vértigo, ven a llenar mis pocas horas lúcidas.